En esta obra, Eduardo Chillida nos muestra el límite, el espacio exterior y el interior, el volumen y las estructuras irregulares. Juega con el contraste entre blanco y negro para crear espacios positivos/negativos. Notamos las formas geométricas características del propio autor, junto con el uso de líneas gruesas para definir los límites en el espacio de la figura representada.
La presencia y ausencia de las formas en la obra nos llevó a crear una actividad con tijeras y cartulinas de color gris y blanco. Los visitantes pudieron explorar la sensación de volumen que se le da al papel cuando lo doblamos y recortamos, desechando y manteniendo trozos y formas. Así se crearon pequeños pedacitos de cartulina que una vez pegados a la pared alrededor de la obra dialogaban visualmente con ella.
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