Partiendo de la obra de Solano, un garabato que utiliza únicamente el color negro, con trazos que recuerdan el dibujo de un niño, se propuso a los visitantes interpretar en una hoja de papel del mismo tamaño que la obra, las características principales del dibujo infantil. Las aportaciones de los visitantes se colocaron en una estructura metálica formada por cuatros hierros que recordaban las esquinas de la obra donde están escritos las silabas pe, pi, po, pu, trayéndonos de nuevo al mundo infantil y al aprendizaje de la lectura.

 

Progresivamente la estructura metálica con la acumulación de dibujos fue creando una escultura que recordaba al cuadro inicial y materializaba la aportación de los visitantes.

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