Esta intervención surge tomando como referentes las obras de Carmen Calvo y Joan Brossa. En este caso, el objetivo es que las dos obras dialoguen entre sí, en cuanto a cuestiones conceptuales y formales.

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La propuesta consistió en originar una intervención artistico-educativa cuyo resultado fue una instalación acumulativa alrededor de las obras originales, donde se invita al público a intervenir un naipe de baraja, elemento que se vincula conceptualmente con la obra de Brossa en la que aparece el icono del rey de corazones. La acción consiste en fragmentar el naipe, usando la técnica que Calvo aplica en la obra en la que fragmenta un dibujo de Matisse, y finaliza componiendo las fracciones de la carta en la periferia de las obras.

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La instalación fusiona los lenguajes de ambos artistas, donde el icono es alterado y su acumulación propone una composición la cual genera una nueva obra colectiva.

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